El jueves 20 de mayo, Valeria Arza presentó el paper “In the name of TRIPS: the impact of regulatory changes on patent activity by residents and non-residents in Latin America”, coescrito junto a Andrés López y Paulo Pascuini, en el Seminario Interuniversitario de Desarrollo Productivo Argentino (SIDPA). El paper trabaja sobre el impacto que la regulación sobre las patentes para alinaerse al acuerdo TRIPS tuvo sobre la innovación en América latina.
Arza aseguró que el estudio buscó responder a esta pregunta: “¿Cuál es el efecto de haberse sumado a este acuerdo de TRIPS para América latina, en términos de innovación y patentamiento?”. Presentaron tres hipótesis: “Que TRIPS llevó a los países de América latina a propiedad intelectual más rígida, que la regulación de TRIPS beneficia más a los países desarrollados que a América latina, y que las empresas globales son las que más se benefician”.
“Tomamos 44 países y analizamos la legislación de propiedad intelectual en el tiempo, en relación a TRIPS, que se firmó en 1994. Nos fijamos en qué año cada uno de esos países adoptó la regulación que promueve TRIPS, de patentes de veinte años”, explicó Arza. “En particular, analizamos en qué año sucede en cada país que ningún sector quedara exceptuado de patentar. En Argentina, eso sucede en 2001. En promedio, el espíritu de TRIPS entra en los países latinoamericanos en el año 2000, en el último momento autorizado, mientras que los desarrollados ya estaban alineados en 1990. Los países latinoamericanos tuvieron que hacer sus sistemas de patentamiento más rígido”.
“En los países latinoamericanos, la mayor cantidad de patentes son registradas por no residentes, por empresas multinacionales. En los países desarrollados es al revés”, expuso Arza. “Primera conclusión: Haber firmado TRIPS, esa ‘armonización’, implicó en la práctica un sistema de patentes más rígido en América latina. Segunda conclusión: quienes más patentan en América latina son empresas globales, no propias de la región. Son las empresas globales las que tienen la capacidad de actuar en diferentes países y aprovechar este sistema. Usan las patentes para proteger su conocimiento. Así aumenta el gap entre las empresas que operan en América latina y las que no están operando ahí.”
“Mucha literatura sostiene entonces que las patentes no se usan para incentivar la innovación sino para protegerse de la competencia. Un paper reciente sostiene que hay demasiada protección de la propiedad intelectual”, dijo Arza. “Les dan a las empresas doce meses para patentar en todo el mundo. ¿Qué empresas pueden aprovechar eso? Las empresas latinoamericanas no pueden registrar en todo el mundo; no tienen espalda para litigar. Las que pueden son de China, Europa, los países más desarrollados. La mayor parte de las patentes no se explotan económicamente: se tienen para proteger el mercado”, cerró Arza. Después, recibió comentarios e intercambió ideas con quienes participaron del seminario, que es abierto y gratuito.
Aquí el video completo.