En la década del ‘90, la Argentina adoptó un paquete de reformas estructurales inspirado en las recomendaciones del llamado Consenso de Washington. Según sus defensores, dichas reformas no sólo aumentarían la eficiencia en el uso de los recursos sino que estimularían un proceso de dinamismo exportador e inversor que aseguraría una trayectoria de crecimiento a largo plazo.

Simultáneamente, la mayor apertura comercial tendría también efectos benéficos en términos del medio ambiente. En este libro se discute la validez de estos argumentos sobre la base de un conjunto de estudios realizados por el CENIT.