El 14 de mayo, Mariano Fressoli dio la conferencia “Ciencia Abierta en transición: ¿Domesticación institucional o transformación lenta?”, en el posgrado virtual en Innovación para la Transformación Social y Ambiental de Ingenio, un instituto mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universitat Politècnica de València (UPV).
Fressoli se enfocó en el cambio de etapa de la Ciencia Abierta, que está pasando de ser una idea marginal o alternativa para empezar a ubicarse -o al menos, a estudiarse como posibilidad- en el centro de las políticas científicas. “La recomendación para la #CienciaAbierta está a punto de ser firmada por la UNESCO, y eso da impulso a la ciencia abierta en la región. Una cosa es pensar prácticas desde la innovación de base, y otra cosa es cuando se empiezan a tomar en instituciones públicas”, señaló Fressoli. “No es lo mismo hacer hardware abierto en un espacio maker que hacerlo en una universidad; cuando se institucionalizan las prácticas toman otra dimensión. Y lo mismo sucede con la #CienciaAbierta; aparecen otras tensiones”.
“Si tenemos que sintetizar las prácticas de ciencia abierta, hay tres puntos: la apertura, la participación y la colaboración”, resaltó Fressoli. “En muchos casos se piensa solo en la apertura, que empieza a ser aprovechada por empresas como un modo de hacer commodities de los datos o de las publicaciones. La colaboración por ahora es una expresión de deseos. Es una gran pregunta para la Ciencia Abierta qué va a pasar cuando tengamos todos los datos abiertos, y puedan venir grandes empresas como Google, Facebook o Amanzon y aprovecharlos mejor que los estados que financiaron la investigación. La colaboración es algo más que abrir los datos: es establecer vínculos de confianza, pensar en conjunto que lo que se produzca va a tener consecuencias que beneficien a todos. Gran parte de los mecanimos que se pusieron en juego en la producción de las vacunas del COVID-19 fallaron en términos de apertura: hubo datos abiertos, pre-prints, pero después ese conocimiento se licenció y se cerraron sus beneficios”, aseguró Fressoli.
“Es la tensión entre lo abierto y lo cerrado”, concluyó. “Y para esto hay que volver a la ética. Está la ética científica, con su pretendida neutralidad, pero la Ciencia Abierta también viene de la ética hacker, que es una reacción contra la apropiación del conocimiento”.
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