En el séptimo Seminario de Investigación del año de la Escuela de Economía y Negocios, Valeria Arza presentó las conclusiones del estudio que tomó como caso la investigación sobre Chagas para medir el impacto de estas prácticas en los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU.
Este artículo fue publicado originalmente en Noticias UNSAM el 27 de noviembre de 2020.
En transmisión de Zoom, el decano de la EEyN, Marcelo Paz, y la coordinadora de la Secretaría de Investigación, Lucía Vincent, dieron la bienvenida al último Seminario del año “Ciencia abierta y desarrollo sostenible”. La investigadora independiente del CONICET en el Centro de Investigaciones para la Transformación (CENIT-EEyN-UNSAM), Valeria Arza, presentó los resultados del proyecto STRINGS en el que se busca, junto a distintos países, entender cómo la ciencia y la investigación pueden contribuir a los objetivos de desarrollo sostenible que propone Naciones Unidas. Para ello, estudian el caso Chagas y llevan analizadas 25.000 publicaciones, con entrevistas a referentes y la selección de cinco proyectos en los que compararon en qué medida estos se abren a colaboración.
Arza contextualizó la problemática del Chagas en Argentina: “es el país con mayor cantidad de personas infectadas, según datos de 2010, y la enfermedad está atravesada por muchas dimensiones”. En ese sentido, entre las conclusiones del estudio se advierte que no hay suficiente información en torno a la enfermedad y se demandan alternativas para control vectorial, desarrollo de métodos de diagnóstico temprano y mayor investigación sobre cómo trasladar el problema a la construcción de políticas públicas con desarrollo sostenible.
Mostró las ventajas y el alcance de la colaboración y el acceso a la ciencia abierta: “contribuye porque identifica y responde mejor a las necesidades sociales, se encuentra la voz de quienes van a hacer uso de esos proyectos científicos y luego se puede investigar de manera más eficiente al compartir recursos, ahorrando tiempo y dinero a los investigadores y, por último, se expande el impacto en cuanto a las dimensiones de sustentabilidad porque se aprovechan las sinergias con otros actores que están pensando en las mismas problemáticas”, explicó Arza.
Por último, expresó que es necesario mostrar las ventajas de la apertura de la ciencia para que se genere un cambio ya que “a nivel internacional a los investigadores se nos evalúa de una manera que no fomenta la colaboración: todos los incentivos están en contra de la ciencia abierta, porque entre otros puntos, no hay fondos específicos para actividades de apertura, sin embargo vemos que, cuando se abre, hay un efecto directo sobre la capacidad de dar respuesta a temas importantes”, concluyó.
Luego hubo preguntas y comentarios de investigadores de distintas instituciones en un intercambio que profundizó la cuestión de trabajar en conjunto y abiertamente.
“Encontrarnos entre investigadores de la Escuela y abrirnos a colegas y público en general es el objetivo del ciclo que creamos este año y que hoy concluye luego de seis encuentros anteriores -remarcó sobre el cierre Lucía Vincent-. Pensarnos, construir, colaborar de manera abierta discutiendo los avances y resultados de nuestras investigaciones, porque entendemos que es la manera en que se puede hacer ciencia y generar impacto”.
El seminario puede verse aquí.