En los años ’90, la presencia de empresas transnacionales (ET) en la economía argentina creció enormemente. Además de contribuir al financiamiento del balance de pagos a través de crecientes flujos de inversión extranjera directa (IED), se esperaba que las ET se constituyeran también en agentes dinámicos de cambio impulsando la modernización tecnológica de la economía local, expandiendo las corrientes de comercio exterior y de inversión y promoviendo la mejora de la competitividad de las firmas locales.
La principal conclusión del libro es que en el caso argentino sólo se han materializado parcialmente los potenciales beneficios anteriormente enunciados. Sobre esta base se plantea una serie de recomendaciones de política tendientes a aumentar los beneficios y reducir los costos derivados de la presencia de ET en la economía argentina.